martes, 14 de junio de 2016

Objetivo Seis por Fabrizio Malpartida

por Fabrizio Malpartida Melgarejo
2do año de Secundaria

I

Un mar de sangre salía de mi pierna, cada segundo me hacía débil, no podía mantenerme despierto, no podía mantenerme en la realidad, estaba mareado, vi pasar toda mi vida en un segundo y caí.
Caí, caí rendido por el cansancio, caí por el dolor, caí por la culpa y caí por la bala de gran calibre en mi pierna derecha. Caí y desmaye.
En la profunda oscuridad de los recuerdos vi una intensa luz y desperté, estaba en movimiento mirando un techo blanco con algunos letreros, no traía uniforme mi uniforme solo una bata blanca de hospital, el cansancio atenazó en mi contra y desmaye.
Cuando desperté estaba en la habitación blanca de un hospital, traía una mascarilla y la pierna derecha vendada, también tenía muchas intravenosas. No sabía dónde ni cuándo estaba, solo sabía que estaba solo en un cuarto de hospital.
Al lado de mi cama se encontraba unas hojas, las cogí torpemente con mi brazo izquierdo, pues no sentía el derecho y en las hojas vi las letras A.T.A.X. y recordé.
Recordé a mi escuadrón, a mis compañeros de escuadrón escuchando a nuestro comandante, mientras sobrevolábamos en un AH-1Z Viper un terreno hostil, cuando un proyectil nos impactó. Recordé estar cayendo mientras el helicóptero ardía en llamas.
Recordé estar intentando abrir el paracaídas que se había trabado, recordé estar cayendo en hacia un futuro incierto, hacia una muerte incierta.
El frio, mucho frio, la oscuridad, el agua.
Recordé cuando me sacaron del agua casi inconsciente, temblando por el frio de aquella noche de invierno.
Cuando me recupere, no del todo, me alcanzaron un fusil de asalto – manos a la obra.
Mi equipo se dividió en dos grupos de asalto.
Mi misión era destruir áreas vulnerables para que otro escuadrón de infantería entre a neutralizar la amenaza.
No paso mucho tiempo antes que nos sorprendieran, pero lo extraño fue:
  1. Dos de nuestros equipos se volvieron contra nosotros, sus armas funcionaban perfectamente.
  2. Nuestras malditas armas NO funcionaban estaban por no decir saboteadas, estaban “malogradas”
Recuerdo esta imagen todos los días – mi Comandante y yo huyendo, una bala golpeo mi pierna, el dolor de mi pierna, el sonido de mi corazón martillando mi pecho, mis pulmones a duras penas absorbiendo con dificultad el poco oxigeno que podía.
Un mar de sangre salía de mi pierna, cada segundo me hacía ms débil, no podía mantenerme más tiempo despierto, no podía mantenerme en la realidad, estaba mareado, vi pasar todo mi vida en un segundo y caí. ¡Desperté! Y solo era un recuerdo.


II

Como iba diciendo antes del trance por las letras A.T.A.X. en esas hojas había una carta que decía:
A.T.A.X.
Jhon Nicols
Lo salvamos cabo Nicols y lamentamos su última misión,
Pero eso está en el pasado,
Ahora lo importante es el futuro.
Lo necesitamos en el campo de batalla,
Una gran arma mortal será utilizada
Contra Menghatara, muy pronto y lo necesitamos.
Pdta. No se preocupe por lo de su brazo todo esta arreglado.

¿Brazo? – pensé.
De repente me di cuenta ¿Por qué no siento mi brazo derecho?
Pues no lo tenía.
Mi brazo estaba amputado desde la mano hasta el codo, tarde mucho en poder asimilar la noticia.
Ya no sería lo mismo, ¿cómo recuperarme si ya no tenía mi brazo?
Las frases de la carta me incomodaban, mucho más que eso, me atormentaban. Cada noche mientras iba recuperándome me preguntaba - ¿Cómo rayos voy a estar en el campo de batalla con un solo brazo? – me lo pregunte mil y un veces mientras estaba en la cama del hospital, con cada pregunta iba llegando una respuesta que una a una fueron descartadas.
Única pregunta:
¿Cómo rayos voy a estar en el campo de batalla con un solo brazo?
Posibles respuestas:
Quizás como médico (no)
Quizás me necesiten para planificar asaltos (posible)
Quizás como piloto (ridículo)
Pero ¿Por qué me quería A.T.A.X.?
Y si yo no quería volver.
Aclarando:
A.T.A.X. no es parte de ningún gobierno ni nada parecido, es una compañía independiente encargada de la producción masiva de armas y artefactos bélicos. Una vez al año esta compañía recluta soldados de distintas partes y los entrena para convertirlos en verdaderos soldados de elite, como yo.


III

El último día que estuve en el hospital fue el peor, a mitad de la noche fui sedado y llevado a otra habitación más pequeña, me amarraron en una silla con muchas correas mientras traían una gran caja que decía A.T.A.X.
Me alarme con esas letras y pregunté - ¿Qué demonios es eso? –
Lo último en tecnología A.T.A.X. – dijo uno
¡Yo no quiero ver nada con A.T.A.X.! ¡Libérenme!
Esa no es tu decisión – dijo el otro
¿Entonces de quién es? – respondí
Pronto lo sabrás… - los dos respondieron al mismo de una manera escalofriante.
Luego de la caja uno saco una especie de cristal muy fino de un tono verde, mientras el otro me agarraba la cabeza y con sus fríos dedos m abría el ojo izquierdo lo más que podía, yo me retorcía para intentar liberarme, pero al parecer mi captor era más fuerte o yo estaba muy cansado y débil por la anestesia.
Mientras yo luchaba en vano por liberarme el otro logro poner ese dispositivo verde en mi ojo izquierdo, era una especie de lente de contacto, pero al instante no pude ver nada. – Tranquilo, después lo prenderemos – dijo uno al notar mi aspecto preocupado.
Después no recuerdo nada por la anestesia, solo sentí mucho dolor y pude abrir mi único ojo funcional para ver como ponían un brazo robótico en donde iba mi brazo que fue amputado y cuando ese brazo ancló sentí como miles de pequeños ganchos traspasaron mi piel y soltaban una dolorosa carga eléctrica.
Después sacaron un pequeño dispositivo en forma de pastilla que fue insertada en mi nuca, no sentía nada hasta que uno de mis captores agarro una laptop o algo parecido y encendió la pastilla de mi nuca.
Sentí flotar, era como si no pasara nada y recordé cuando estaba en el entrenamiento militar, eran tiempos más o menos buenos, después sentí que era muy pesado y que todos mis huesos se comprimían y recordé mi última misión, era el mismo fatídico día, en ese recuerdo o sueño era omnipresente y vi a mi mayor (el Coronel Smith) haciendo un trato con un hombre extraño , después lo vi sobornando a dos soldados de mi escuadrón, vi a esos dos malditos sabotear nuestras armas, después ellos disparaban contra nosotros.
Tenía jaqueca, estaba mareado, confundido por lo que vi pero al instante lo comprendí, el traidor era el Coronel Smith.

IV

Al despertar estaba echado.





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